lunes, 6 de junio de 2011

SOBRE TODO SOBRETODO

                                           
    Existe una palabra en español tan extraña como excepcional y arcaica y, sobretodo, muy común: sobretodo.
   Sobretodo es la prenda de vestir ancha y larga que los académicos cuelgan en los vetustos percheros de la R.A.E. y allí permanecen, vigilantes, durante sus reuniones invernales.
   Yo, que nunca he utilizado esta vestidura ni conozco a nadie que sepa qué es, me pregunto por qué sobretodo no significa también sobre todo. Existe en el diccionario la palabra sobremanera que es sobre manera. Hay multitud de palabras compuestas con la palabra sobre: sobreabundancia, sobrealimentación, sobrealzar, sobreasar, sobrecama, sobrecarga, sobreceja, sobrecoger, sobredicho, sobreentender, sobreexcitar, sobreganar, sobrehumano, sobrellevar, sobremesa, sobrenatural, sobresaliente, sobrevenir, sobreviviente, sobrevivir, sobrevolar... y otras muchas, con una clamorosa excepción: sobretodo, la más utilizada de todas ellas.
   Me imagino una votación un frío jueves de invierno propuesta por un osado académico... los votantes mirando de reojo hacia lo alto, hacia sus altaneros sobretodos... no puedo... no puedo traicionarle... no... ¡No!
   No es una propuesta absurda: en catalán sobretot (sobretodo) tiene dos entradas: sobretot 1 m Abrigo largo... sobretot 2 adv Por encima de todo, principalmente.
   Es el sobretodo una prenda muy literaria, bonita y con un nombre perfecto. ¿Sería humillante para el orgulloso sobretodo tener bajo él otro sobretodo? ¿A alguien se le ocurre pensar que llevaría a confusión? ¡Ese alguien creerá que un sobresueldo es nuestro mísero sueldo dentro de un sobre!
   Y sobretodo, veo más preciso sobretodo, cuando significa "por encima de todo": "Es guapa, amable y, sobretodo, inteligente". No sería lo mismo en esta presunta receta: "Se ponen las guindas y el helado en el plato, se añade chocolate caliente y sobre todo, nata".
   Hay multitud de escritores (a los hablantes no se les nota...) que escriben ¿mal? sobretodo. Unos por ¿error?, otros por convicción y, seguramente, otros por rebeldía. Basta consultar el Corpus diacrónico del español (CORDE) y el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) de la R.A.E. para constatar que estamos en un verdadero purgatorio lleno de pecadores impenitentes. El más antiguo de los que he visto es el mismísimo autor del Libro del tesoro de la catedral de Gerona ¡del año 1400! Le sigue un largo listado, ahí están Lope de Vega Carpio, Francisco de Rojas Zorrila, Pedro Antonio de Alarcón, Miguel de Unamuno, Gregorio Marañón... Pido a los amables académicos consulten esta interminable lista y se apiaden de ellos, en el diccionario solamente ocuparía un tercio de línea. Para compensar el espacio podrían suprimir algunos (bastantes) palabros innecesarios que han ido incluyendo: hippie, sándwich, marketing, fan, barman... ¡"Barman"! ¡Si tenemos el fantástico camarero y el extraordinario mesero! ¿Quién nos puede enseñar a servir y beber vino a los mesoneros, cantineros, posaderos, bodegueros, taberneros... ? 
   Lo pido con humildad y respeto. Confío que antes del año diez mil nazca alguien juicioso y misericordioso que haga que una de las palabras más antiguas y sobretodo utilizadas entre en el paraíso: sobretodo. Y no lo pido por mí, porque mis pecados son contundentes y sabemos que del infierno no se puede salir...  

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